Mal de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer, la causa màs frecuente de demencia en los ancianos, es un trastorno grave, degenerativo, producido por la pèrdida gradual de neuronas cerebrales, cuya causa no es del todo conocida.
La enfermedad afecta a las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje, aunque casa dìa se sabe màs sobre la enfermedad, todavìa se desconoce la causa exacta de la misma y hoy por hoy no se dispone de un tratamiento eficaz.
La demencia es un trastorno cerebral que afecta seriamente a la habilidad de una persona para llevar a cabo sus actividades diarias. es una deficiencia en la memoria de corto y largo plazo, asociada con problemas del pensamiento, del juicio, y otros trastornos de la funcion cerebral y cambios en la personalidad.
Incluyen discapacidad para aprender nueva informaciòn y para recordar cosas que se sabìan en el pasado; problemas para hablar y expresarse con claridad, o para llevar a cabo actividades motoras o para reconocer objetos.
Los pacientes ademàs pueden sufrir un cambio en su personalidad y pueden tener dificutades para trabajar o llevar a cabo las actividades habituales. en ocasiones puede presentarse sìntomas similares a la depresiòn o a la anciedad.
No se sabe què es lo que causa exactamente el mal de Alzheimer:
El envejecimiento del cerebro no se produce igual en todos los enfermos. hay factores genèticos, ambientales y sociales que parecen influir en el desarrollo de la demencia, pero no actùan igual en toda las personas. Los dos factores de riesgo màs importantes son la edad y los antecedentes familiares, aunque se han estudiado muchos otros.
Consejos para manejar al paciente
Consejos para manejar al paciente
Convivir con un enfermo de Alzheimer no es una tarea fácil. Sus problemas acaban siendo los problemas de todos. Algunas asociaciones de pacientes aconsejan algunos comportamientos o actitudes para intentar hacer más fácil la vida de uno y de los pacientes de Alzheimer.
Es muy importante que los pacientes reconozcan su entorno. Los cambios frecuentes favorecen la desorientación y los problemas de ubicación. Es importante mantener una rutina diaria. Si el paciente está rodeado de objetos familiares se sentirá más cómodo.
Los pacientes pueden perderse con frecuencia. Para evitar problemas es necesario saber donde se encuentran en cada momento; eso evitará problemas tanto a los pacientes como a los familiares. Un método que algunas familias usan para prevenir que el paciente se extravíe es ponerle campanas a todas las puertas que den al exterior.
Con frecuencia los pacientes no tienen la sensación de hambre y sed habituales. Hay que asegurarse que beban líquidos abundantemente y que coman de forma adecuada.
Es importante que el paciente se mantenga independiente el mayor tiempo posible: debe fomentarse el autocuidado lo más posible.
También es bueno que el paciente tenga una actividad física el mayor tiempo posible, hay que fomentar que camine o que haga ejercicios regularmente.
Es importante mantener las relaciones sociales. Hay que favorecer las visitas de amigos y familia.
Los familiares deben ser conscientes de que la enfermedad es progresiva y que el deterioro del paciente será cada vez mayor, por lo que se deben organizar por adelantado las necesidades futuras como sillas de ruedas, camas articuladas, o ayuda a domicilio.
Hay que asegurarse de que el paciente toma regularmente los medicamentos que se le prescriban.
Es importante disponer de un informe actualizado del paciente en el que se reflejen las medicinas que debe tomar y las alergias o antecedentes de interés del paciente.
El cuidado en una residencia
Aunque decidir ingresar a un familiar en una residencia puede ser duro, muchas veces supone la mejor alternativa para el paciente. Los familiares pueden tener sentimiento de culpa, sentirse crueles o frustrados al no haber sido capaces de llevar a cabo la labor de cuidador. Existe cierto prejuicio social: muchas personas recuerdan el asilo siniesro de antaño y creen que se trata de un abandono del paciente. Sin embargo los centros geriátricos actuales sulen disponer de todos los servicios necesarios para dar una buena antención al enfermo. Son entornos seguros, con asistencias sociosanitarias integrales que facilitan la vida y el cuidado de los pacientes.
Es muy importante que los pacientes reconozcan su entorno. Los cambios frecuentes favorecen la desorientación y los problemas de ubicación. Es importante mantener una rutina diaria. Si el paciente está rodeado de objetos familiares se sentirá más cómodo.
Los pacientes pueden perderse con frecuencia. Para evitar problemas es necesario saber donde se encuentran en cada momento; eso evitará problemas tanto a los pacientes como a los familiares. Un método que algunas familias usan para prevenir que el paciente se extravíe es ponerle campanas a todas las puertas que den al exterior.
Con frecuencia los pacientes no tienen la sensación de hambre y sed habituales. Hay que asegurarse que beban líquidos abundantemente y que coman de forma adecuada.
Es importante que el paciente se mantenga independiente el mayor tiempo posible: debe fomentarse el autocuidado lo más posible.
También es bueno que el paciente tenga una actividad física el mayor tiempo posible, hay que fomentar que camine o que haga ejercicios regularmente.
Es importante mantener las relaciones sociales. Hay que favorecer las visitas de amigos y familia.
Los familiares deben ser conscientes de que la enfermedad es progresiva y que el deterioro del paciente será cada vez mayor, por lo que se deben organizar por adelantado las necesidades futuras como sillas de ruedas, camas articuladas, o ayuda a domicilio.
Hay que asegurarse de que el paciente toma regularmente los medicamentos que se le prescriban.
Es importante disponer de un informe actualizado del paciente en el que se reflejen las medicinas que debe tomar y las alergias o antecedentes de interés del paciente.
El cuidado en una residencia
Aunque decidir ingresar a un familiar en una residencia puede ser duro, muchas veces supone la mejor alternativa para el paciente. Los familiares pueden tener sentimiento de culpa, sentirse crueles o frustrados al no haber sido capaces de llevar a cabo la labor de cuidador. Existe cierto prejuicio social: muchas personas recuerdan el asilo siniesro de antaño y creen que se trata de un abandono del paciente. Sin embargo los centros geriátricos actuales sulen disponer de todos los servicios necesarios para dar una buena antención al enfermo. Son entornos seguros, con asistencias sociosanitarias integrales que facilitan la vida y el cuidado de los pacientes.
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